En el sujeto q crece, su desasimiento de la autoridad parental es una de las operaciones más necesarias, pero también más dolorosas, del desarrollo. Es necesario q se cumpla, y todo hombre devenido normal lo ha llevado a cabo. Pero existe una clase de neuróticos e cuyo estado se discierne, como condicionante, su fracaso en esta tarea.
Para el niñito, los padres son al comienzo la única autoridad y la fuente de toda creencia. Llegar a parecerse a ellos (al progenitor del mismo sexo) es el deseo más intenso. Pero pequeños sucesos en su vida provocan un talante descontento, y dan ocasión para iniciar la crítica a sus padres (ej.: otros son mejores). En esto cooperan las más intensas mociones de una rivalidad sexual. Hartas veces al niño lo relegan, o al menos el lo siente así, y echa de menos el amor total de sus padres, pero en particular lamenta tener q compartirlo con hermanitos. La sensación de q no le son correspondidas en plenitud sus inclinaciones propias se ve luego en la idea de q es adoptado.
Ahora bien, acá ya se muestra la influencia del sexo, pues el niñito presenta mociones hostiles mucho más hacia su padre q hacia su madre y se inclina con más intensidad a emanciparse de él q de ella. (La actividad fantaseadora de la niñita es más débil en este punto).
Rara vez recordado con conciencia, es el estadio siguiente en el desarrollo de esta enajenación respecto de los padres, estadio q se llama novela familiar de los neuróticos: es característica de la neurosis, es una particularísima actividad fantaseadora, q se revela primero en el juego infantil y luego (desde la prepubertad) se apodera del tema de las relaciones familiares. Un ejemplo son los sueños diurnos, (q tienen dos metas principales: la erótica y la ambición –q esconde la erótica-) q se prolongan mucho más allá de la pubertad. Pues bien, la fantasía del niñito se ocupa de librarse de los menospreciados padres y sustituirlos por otros, en general de posición social más elevada (para esto aprovechan encuentros casuales con vivencias efectivas q despiertan la envidia en el niño, envidia q hace q sustituya a sus dos padres por unos con más dinero). Estas fantasías son conscientes en esta época, en q el niño no tiene aun noticia de las condiciones sexuales del nacimiento.
Luego se suma la noticia sobre las condiciones sexuales diversas de padre y madre; si el niño llega a aprehender q “el padre es siempre incierto y la madre es certísima”, la novela familiar experimenta una curiosa limitación: se conforma con enaltecer al padre, no poniendo ya en duda la descendencia de la madre, q es inmodificable. Este segundo estadio (sexual) de la novela tiene por portador un segundo motivo q faltaba en el primer estadio (asexual). Con la noticia sobre los procesos sexuales nace una inclinación a pintarse situaciones y vínculos eróticos en q entra el placer de poner a la madre (q es asunto de la suprema curiosidad sexual) en la situación de infidelidad escondida y secretos enredos amorosos. Así, aquellas primeras fantasías, asexuales, son llevadas hasta la cúspide del actual discernimiento.
Por lo demás el motivo de venganza y represalia (antes en primer plano) también está. Es q estos niños neuróticos, son los q han sido castigados por sus padres para desacostumbrarlos de las malas costumbres sexuales, de lo cual ellos se vengan mediante estas fantasías.
En estas fantasías noveladas, esa sustitución de ambos padres o del padre solo por unas personas más grandiosas, se descubre q estos nuevos y más nobles padres están íntegramente dotados con rasgos q provienen de recuerdos reales de los padres inferiores verdaderos, así, el niño en verdad no elimina al padre, sino q lo enaltece. Y el afán de sustituir al padre verdadero por uno más noble es la expresión de la añoranza del niño por la edad dichosa y perdida en q su padre le parecía el hombre más noble y poderoso, y su madre la mujer más bella y amorosa. Entonces, se extraña del padre a quien ahora conoce y regresa a aquel en quien creyó durante su primera infancia; así, la fantasía no es la expresión del lamento por la desaparición de esa dichosa edad.
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