Del PSA a la psicología social
FREUD: PUNTO DE PARTIDA DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL
En Psicología de las masas, Freud se refiere a las relaciones del individuo con sus padres, hermanos, con la persona objeto de amor y con su médico. Relaciones éstas q investiga y q pueden ser consideradas como sociales y entrarían en oposición con aquellos fenómenos denominados narcisísticos por Freud (o autísticos por Bleuler)[1]. Se trata de relaciones sociales externas q han sido internalizadas, y q denominamos “vínculos internos”: reproducen en el ámbito del yo relaciones grupales o ecológicas. Estas estructuras vinculares q incluyen al sujeto, el objeto y sus mutuas interrelaciones, se configuran sobre la base de experiencias precocísimas; por eso excluimos el concepto de instinto, sustituyéndolo por el de experiencia. Asimismo, toda la vida mental inconsciente, o sea, el dominio de la fantasía inconsciente, debe ser considerado como la interacción entre objetos internos (grupo interno), en permanente interrelación dialéctica con los objetos del mundo exterior.
Freud insiste en la necesidad de diferenciar los grupos, pero afirma q de todas maneras las interrelaciones entre los individuos siguen existiendo, y q no es necesario apelar a la existencia “de un instinto social primario e irreductible pudiendo los comienzos de su formación ser hallados en círculos más limitados, por ej.: la familia”.
El conjunto de relaciones internalizadas en permanente interacción y sufriendo la actividad de mecanismos o técnicas defensivas constituye el grupo interno, con sus relaciones, contenido de la fantasía inconsciente.
Vemos entonces q Freud alcanzo por momentos una visión integral del problema de la interrelación hombre-sociedad, sin poder desprenderse, sin embargo, de una concepción antropocéntrica, q le impide desarrollar un enfoque dialectico.
Pese a percibir la falacia de la oposición entre psicología individual y social, su apego a la “mitología” del PSA, la teoría instintivista, y el desconocimiento de la dimensión ecológica le impidieron formularse q toda psicología, en un sentido estricto, es social.
[1] Podríamos objetar q tal oposición no existe, porque todo narcisismo es secundario, ya q en el vinculo interno, el objeto fue previamente introyectado. O sea, al darse la estructura vincular, “el otro”, el objeto, está siempre presente a través de dicho vínculo, aunque sea disimulado bajo la apariencia de un narcisismo secundario.
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