lunes, agosto 02, 2010

EL FETICHISMO DE LA MERCANCIA (articulado con teoricos de Germain)

EL FETICHISMO DE LA MERCANCIA Y SU SECRETO
Considerada como valor de uso, la mercancía no encierra nada de misterioso, dando igual si la miramos como un objeto apto para satisfacer necesidades humanas o q miremos esta propiedad suya como producto del trabajo humano.
El carácter místico de la mercancía no brota ni de su valor de uso ni del contenido de sus determinaciones de valor…
 Primero, porq por mucho q difieran los trabajos utiles o actividades productivas, todas ellas son funciones del organismo humano, cada una de ellas representa un gasto esencial de cerebro, nervios, musculos, etc.
 Segundo, por lo q se refiere a la magnitud de valor y a lo q sirve para determinarla, o sea, la duración en el tiempo de aquel gasto o la cantidad de trabajo invertido, es evidente q la cantidad se distingue incluso sensorialmente de la calidad de trabajo
Tan pronto como los hombres trabajan los unos para los otros, cualquiera sea el modo, su trabajo cobra una forma social. El carácter misterioso q presenta el producto, tan pronto como reviste la forma de mercancía procede de esa forma misma. En las mercancías, la igualdad de los trabajos humanos asume la forma material de una objetivación igual de valor de los productos del trabajo, el grado en q se gaste la fuerza humana de trabajo, medido por el tiempo de su duración, reviste la forma de magnitud de valor de los productos del trabajo, y finalmente, las relaciones entre unos y otros productores, relaciones en q se traduce la función social de sus trabajos, cobran la forma de relación social entre los propios productos de su trabajo.
El carácter misterioso de la mercancía, se apoya puramente en q proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo, y como si la relación social q media entre los productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relación social establecida entre los mismos objetos, al margen de sus productores. Este intercambio es lo q convierte a los productos en mercancía, en objetos físicamente metafísicos, en objetos sociales.
La forma “mercancía” y la relación de valor de los productos del trabajo en q esa forma cobra cuerpo no tiene nada q ver con su carácter físico ni con las relaciones materiales q de ese carácter se derivan. Lo q aquí reviste la forma fantasmagórica de una relación entre objetos materiales no es más q una relación social concreta establecida entre los mismos hombres.


Si queremos encontrar una analogía, nos remontaremos a la religión, donde los productos de la mente humana semejan seres dotados de vida propia, de existencia independiente, y relacionados entre sí y con los hombres. Así pasa con las mercancías. Esto es lo q Marx llama el “fetichismo” bajo el cual se presentan los productos del trabajo tan pronto como se crean en forma de mercancías, y q es inseparable de este modo de producción.
Este carácter fetichista del mundo de las mercancías responde al carácter social genuino y peculiar del trabajo productor de mercancías.
Si los objetos para el uso se convierten en mercancía es porq son productos de trabajos privados independientes los unos de los otros. El conjunto de estos trabajos privados forma el trabajo colectivo de la sociedad. Como los productores entran en contacto social al cambiar entre si sus productos, el carácter específicamente social de sus trabajos privados solo resalta dentro de ese intercambio. Dicho de otra forma, los trabajos privados solo funcionan como eslabones del trabajo colectivo de la sociedad por medio de las relaciones q el cambio establece entre los productos, y a través de ellos, entre los productores. Por esto, para ellos, las relaciones sociales q se establecen entre sus trabajos privados aparecen como lo q son: o sea, no como relaciones sociales de las personas en sus trabajos, sino como relaciones materiales entre personas y relaciones sociales entre cosas.
Es sólo en su intercambio donde los productos del trabajo adquieren una materialidad de valor, socialmente uniforme, separada de su diversa materialidad física de objetos de uso. Este desdoblamiento del producto laboral en objeto útil y materializacion de valor sólo se presenta, en la práctica, cuando el intercambio ya ha alcanzado la relevancia suficiente como para que se produzcan cosas útiles destinadas al intercambio.
A partir de ese momento los trabajos privados de los productores adoptan de manera efectiva un doble carácter social. Por una parte, en cuanto trabajos útiles determinados, tienen que satisfacer una necesidad social determinada y encajar como partes del trabajo colectivo de la sociedad, dentro del sistema de la división social del trabajo. Por otra parte, sólo serán aptos para satisfacer las variadas necesidades de sus propios productores, en la medida en que todo trabajo privado particular, dotado de utilidad, sea susceptible de intercambio por otra clase de trabajo privado útil, o “equivalente suyo”.
La igualdad de trabajos loto coelo [totalmente] diversos sólo puede consistir en una abstracción de su desigualdad real, en la reducción al carácter común que poseen en cuanto gasto de fuerza humana de trabajo, trabajo humano abstracto.

Los hombres no relacionan entre si los productos de su trabajo como valores porq estos les parezcan envolturas materiales de un trabajo humano igual. Es al revés. Al equiparar sus diversos productos, unos con otros en el cambio, como valores, equiparan entre si sus diversos trabajos, como modalidades de trabajo humano.
Por tanto, el valor no lleva escrito en la frente lo q es. Si no q convierte a todos los productos de trabajo en jeroglíficos sociales. Y es evidente q el concebir los objetos utiles como valores es obra de los hombres, al igual q el lenguaje.
Un hecho que sólo tiene vigencia para esa forma particular de producción es q el carácter específicamente social de los trabajos privados independientes consiste en su igualdad en cuanto trabajo humano y asume la forma del carácter de valor de los productos del trabajo.
Las proporciones en q se cambian unos productos por otros, tan pronto como cobran cierta fijeza por costumbre, parece como si brotasen de la propia naturaleza inherente a los productos del trabajo. En realidad, el carácter de valor de los productos del trabajo solo se consolida al funcionar como magnitudes de valor. Estas cambian constantemente, sin q en ello intervengan la voluntad, conocimiento, ni actos de las personas entre quienes se realiza el cambio. Su propio movimiento social cobra la forma de un movimiento de cosas bajo cuyo control están, en vez de ser ellos quienes las controlan.
Los trabajos privados q se realizan independientemente, aunque guardan relación entre sí (por ser eslabones de la división de trabajo) pueden reducirse a su grado de proporción social, y en esas proporciones se impone como ley natural reguladora el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción. Así, la determinación de la magnitud de valor por el tiempo de trabajo es el secreto q se esconde detrás de las oscilaciones aparentes de valores relativos de las mercancías. El descubrimiento de este secreto destruye la apariencia de la determinación puramente causal de las magnitudes de valor de los productos de trabajo, pero no destruye su forma material.
La economía burguesa ve la forma “dinero”, como reveladora del carácter social de los trabajos privados, y entonces, de las relaciones sociales entre los productores privados, pero lejos de ser asi, en vez de revelarlas, las encubre.
Estas formas constituyen las categorías de la economía burguesa. Son formas mentales aceptadas por la sociedad, y por tanto objetivas, en q se expresan las condiciones de producción de este régimen social de producción q es la producción de mercancías. Por eso todo el misticismo de las mercancías se disipa cuando nos desplazamos a otras formas de producción.


En la Edad Media, feudalismo, el hombre independiente desaparece. La sujeción personal caracteriza las condiciones sociales de producción material como las relaciones de vida cimentadas sobre ella. Aca los trabajos y productos son parte de servicios y prestaciones. Lo q constituye la forma directamente social del trabajo es la forma natural de éste, su carácter concreto y no su carácter general, como en el régimen de producción de mercancías. El trabajo del esclavo se mide por el tiempo, al igual q en el trabajo productivo de mercancías, pero es siervo sabe q es una determinada cantidad de su fuerza personal de trabajo la q invierte al servicio del señor. Las relaciones sociales de las personas en sus trabajos se revelan como relaciones personales suyas, sin disfrazarse de relaciones sociales entre las cosas.
En la industria rural y patriarcal de una familia campesina, todos los artículos producidos representan para la familia un trabajo familiar, pero no guardan entre si relación de mercancías. Los diversos trabajos q engendran estos productos son, por su forma natural, funciones sociales, puesto q son funciones de una familia con su propia división de trabajo (al igual q en el trabajo productivo de mercancías). Pero aca el gasto de fuerzas individuales de trabajo, graduado por su duración en el tiempo, reviste la forma lógica y natural de un trabajo determinado socialmente, ya q en este régimen las fuerzas individuales de trabajo solo actúan de por si como órganos de la fuerza colectiva de trabajo de la familia.
Finalmente, una asociación de hombres libres, q trabajan con medios colectivos de producción y q despliegan sus fuerzas individuales de trabajo, con conciencia de q lo hacen como una gran fuerza social de trabajo. Aca se repetirán las normas q presidian el trabajo de Robinson, pero con carácter social, no individual. Los productos de Robinson eran producto personal, objetos directamente destinados a su uso. El producto colectivo de la asociación es un producto social. Una parte de estos productos vuelve a prestar servicio como medio de producción, y otra, es consumida por los asociados, bajo la forma de medio de vida. Aca el tiempo de trabajo representa una doble función. Por un lado, su distribución con arreglo a un plan social para regular la proporción adecuada entre las diversas funciones del trabajo, y por otro, el tiempo de trabajo servirá para graduar la parte individual del productor en el trabajo colectivo y su parte del producto destinado al consumo. Aca las relaciones sociales de los hombres con su trabajo y los productos de su trabajo son perfectamente claras y sencillas, en lo tocante a la producción y también a la distribución.
Para una sociedad de productores de mercancías, cuya regimen de producción consiste en comportarse frente a sus productos como ante mercancías, o sea valores, y en relacionar entre sí sus trabajos privados, como trabajo humano índíferenciado, la forma de religión más adecuada es el cristianismo, con su culto del hombre abstracto, sobre todo en su modalidad burguesa, bajo la forma de protestantismo, deísmo, etc.

El reflejo religioso del mundo real solo desaparecerá por siempre cuando las condiciones de la vida diaria, laboriosa, y activa, representen para los hombres relaciones claras y racionales entre si y respecto a la naturaleza. La forma del proceso social de vida (proceso material de producción) solo se despojara de su halo mistico cuando ese proceso sea obra de hombres libremente socializados y puesta bajo su mando consciente y racional.
La economía política, en lo q refiere a “valor en general” no distingue lo q hace el trabajo materializado en el valor y el q toma cuerpo en el valor de uso de su producto. Traza, naturalmente, la distinción en lo cuantitativo y lo cualitativo. Pero no se le ocurre pensar q la simple diferencia cuantitativa de varias trabajos presupone su unidad o igualdad cualitativa, y por tanto, su reducción a trabajo humano abstracto. Es decir, la economía económica analiza, aunque imperfectamente, el concepto del valor y su magnitud, descubriendo el contenido q se escondía bajo esas formas. Pero no se pregunta el “’por que” este contenido reviste aquella forma, es decir por qué el trabajo toma cuerpo en el valor y por q la medida del trabajo según el tiempo de su duración se traduce en la magnitud de valor del producto del trabajo.
Uno de los defectos fundamentales de la economía política clásica es el no haber conseguido desentrañar del análisis de la mecancia, y del valor de ésta, la forma del valor q lo convierte en valor de cambio. Estudia la forma del valor como algo indiferente a la propia naturaleza de la mercancía. La razón de esto no es q el análisis de la magnitud del valor absorbe toda su atención. La causa es mas honda. La forma de valor q reviste el producto del trabajo es la forma mas abstracta, y general del régimen burgues de producción, caracterizado asi como una modalidad especifica de producción social y como una modalidad histórica.
Marx entiende economía política clásica a toda economía q investiga la concatenación interna del régimen burgues de producción, a diferencia de la economía vulgar, q hurga en las concatenaciones aparentes, cuidándose tan solo de explicar los fenómenos mas abultados.
El valor de cambio no es mas q una determinada manera social de expresar el trabajo invertido en un objeto y no puede, por tanto, contener materia alguna natural.
La forma “mercancía” es mas general y rudimentaria de la producción burguesa.
El valor de uso no es un atributo material de las mercancías. Lo inherente a la mercancía, en cunato cosas, es su valor. Sus propias relaciones de mercancías lo demuestran, ya q se relacionan unas a otras, solo como valores de cambio.
Un economista dira q el valor (de cambio) es un atributo de las cosas, de las mercancías; la riqueza (valor de uso) un atributo del hombre. El valor, considerado en este sentido implica necesariamente el cambio, la riqueza no. Un hombre, o sociedad son ricos; una perla o diamante valiosos, encierran valor como tal perla o diamante.
Ningún químico pudo descubrir el valor de cambio de una perla o diamante. Pero, el valor de uso de las cosas es independiente de sus cualidades materiales y, en cambio, su valor inherente a ellas. El hombre realiza el valor de uso de las cosas sin cambio, en un plano de relaciones directas con ellas, mientras q el valor solo se realiza mediante el cambio, es decir en un proceso social.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...